Manifiesto
La vivienda es cada vez menos accesible y es un derecho indefenso, lo cual permite que sea acaparada como producto financiero. La vivienda que se produce es de baja calidad, insuficiente, y ambientalmente irresponsable. Se hace para maximizar la ganancia y no para sustentar la vida.
No se puede hablar de acceso a la vivienda mientras tengamos que sacrificar otros derechos para tenerla. El hacinamiento, los altos precios de renta, la inseguridad, los traslados excesivos: son evidencia de que no por tener dónde dormir se está garantizando tu derecho humano.
Los gobiernos han abandonado la garantía del derecho a la vivienda y la han dejado completamente en las manos del mercado.
El mercado es desigual, y produce vivienda muy rentable para inversionistas, pero también produce vivienda sin servicios adecuados, desconectada de la educación, el transporte, la salud y los espacios públicos. El mercado actual produce vivienda en zonas de riesgo ambiental y de alta inseguridad. En cambio, la única vivienda adecuada en la ciudad se comercializa como inversión. Se queda deshabitada acumulando plusvalía, y se va volviendo cada vez más inasequible.
El derecho humano a la vivienda es
- Que pagar la vivienda no te prive del acceso a otros derechos humanos, que su precio no te orille a la pobreza.
- Que la vivienda que habitas no ponga en riesgo tu salud, tu seguridad o tu integridad.
- Que la construcción de la vivienda no comprometa el futuro humano ni el del medio ambiente.
- Que la vivienda cuente con acceso a los servicios necesarios para tu desarrollo integral: educación, salud, transporte, alimentación de calidad, agua, electricidad, espacio público y empleo. Sin eso, no es vivienda adecuada.
- Que sepas que no te expulsarán de tu vivienda por desalojo forzado, por encarecimiento de la renta o por inseguridad.
- Que cualquier persona tenga acceso a una vivienda adecuada sin experimentar discriminación social, cultural o económica.
Creemos que para que esto sea posible es necesario
- Evitar que la vivienda quede en manos de pocos quienes dicten el precio según su conveniencia.
- Que los gobiernos dejen de ignorar la problemática de vivienda y que pongan el derecho humano por encima de los intereses de las empresas desarrolladoras.
- Crear y hacer cumplir leyes que defiendan la vivienda como un derecho y no como una mercancía. La ley debe asegurar la vivienda adecuada y ambientalmente responsable.
- Que no permitamos la existencia de vivienda sin gente mientras haya gente sin vivienda.